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Preguntas y respuestas sobre COVID-19

Published: April 3, 2020   

Arkansas Catholic le hizo algunas preguntas comunes al Obispo Anthony B. Taylor sobre cómo la pandemia COVID-19 está afectando nuestra Iglesia en Arkansas.

 

A medida que los líderes estatales y federales enfatizan la importancia del distanciamiento social y reuniones de grupos pequeños, ¿cómo se encargará la diócesis de los candidatos/catecúmenos en el programa de RICA que ingresarán a la Iglesia durante la Pascua, especialmente en las parroquias con más de 10 personas que se convertirán al catolicismo?

Ante todo, prefiero el término “distanciamiento físico”, no “distanciamiento social” porque no queremos distanciarnos socialmente, solamente necesitamos encontrar diferentes maneras para mantenernos conectados. Con respecto a RICA, más recientemente ha sido evidente que ya no será posible celebrar la Vigilia Pascual en las parroquias este año, así que el 19 de marzo recomendé a los párrocos hacer otros arreglos para aquellos que de otra manera ingresarían a la Iglesia esta Pascua.

 

Usted fue uno de los primeros obispos en el país en cancelar las Misas públicas. ¿Cuán difícil fue para usted tomar esta decisión?

Fue una decisión muy difícil, pero mientras oraba el Señor me recordó la importancia de que como pastor debo de preocuparme no solamente por el bienestar espiritual del rebaño, sino también del bienestar físico. Miré lo que estaba ocurriendo en Italia y me di cuenta de que el momento para actuar aquí ya había llegado.

 

¿Cómo observará la diócesis la Misa del Santo Crisma este año?

La Misa del Santo Crisma ha sido pospuesta para agosto y los sacerdotes tienen permiso de utilizar los óleos del año pasado hasta entonces. Justo la semana pasada recibí permiso desde Roma para posponer la Misa del Santo Crisma si fuese necesario.

 

¿Qué pueden hacer los católicos para observar las diversas tradiciones de Semana Santa en casa? ¿Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo y la Pascua?

Mi celebración de estas liturgias se transmitirá en vivo en el sitio Web de la Diócesis de Little Rock y muchos de nuestros sacerdotes transmitirán en vivo sus liturgias de igual manera. Los católicos pueden participar en estas celebraciones por medio de redes sociales y luego hacer una comunión espiritual en el momento cuando el sacerdote recibe la comunión en cámara. Las personas también pueden rezar las lecturas de las Sagradas Escrituras de estas Misas en casa, ir a su iglesia para recibir las palmas en Domingo de Ramos, y rezar el Vía Crucis en Viernes Santo—asegurándose de que no más de 10 personas se reúnan en cualquier momento. Las personas que participen en el servicio de Viernes Santo a través del internet pueden venerar una de sus propias cruces en casa mientras que el sacerdote venera una cruz en el servicio de Viernes Santo. Muchas de nuestras iglesias estarán abiertas durante el día para la Adoración Eucarística (hasta el jueves) y la Veneración de la Santa Cruz (viernes), con espacio suficiente para que las personas puedan mantener distanciamiento físico.

 

Hay algunas personas que no están tomando el distanciamiento social seriamente. ¿Por qué es importante que los católicos confíen tanto en el consejo de los expertos médicos y la oración?

El distanciamiento físico es importante para poder proteger tanto a los demás como a uno mismo, así que esto es un asunto del bien común. Obviamente, esto no es usualmente posible ni siquiera deseable en el hogar a menos de que se sepa que alguien ha estado expuesto a la enfermedad; de lo que estamos hablando es el mantener distanciamiento físico entre nosotros y aquellos con quienes no vivimos y cuyo estado de salud desconocemos. La medicina moderna es un don de Dios, por lo que debemos tomar seriamente el consejo de los expertos de salud pública.  También debemos orar—no solamente por protección para nosotros mismos y nuestros seres queridos, sino también de manera especial por el personal médico que está haciendo grandes sacrificios—y que algunas veces se arriesga heroicamente—para cuidar de los pacientes. También, por supuesto, ¡debemos rezar por una cura!

 

¿Qué ha estado haciendo usted para protegerse a sí mismo del COVID-19?

He limitado mi movimiento enormemente; muy pocas veces salgo de la Casa de Formación, donde vivo, excepto para ir a mi oficina en el Centro San Juan brevemente cada día hábil, donde no visito a prácticamente nadie aparte de mi secretaria, y mantengo 6 pies de distancia física de ella. Realizo todo mi trabajo por medio de teléfono, computadora y video conferencia.

 

Esto ya ha golpeado a la economía duramente y a muchas familias en Arkansas, desde perder su salario hasta perder su empleo. ¿Qué pueden hacer las parroquias para ayudar a las familias católicas que han sido más afectadas por esto?

La mayoría de las parroquias cuentan con dinero apartado para obras caritativas y algunas de nuestras parroquias ofrecen alimento a los indigentes y a los pobres, pero más allá de eso, esto es un gran dilema porque nuestras parroquias pronto se verán en una situación económica precaria ellas mismas—muchas de nuestras parroquias apenas tienen lo suficiente para seguir adelante. La diócesis ha informado a las parroquias que deben cumplir con sus otras obligaciones primero, y cumplir con sus obligaciones financieras con la diócesis al final, una vez que todo lo demás se haya atendido.

 

Con las declaraciones del Presidente Trump esperando reabrir partes de la economía en Pascua, ¿podremos reanudar la celebración pública de la Misa en Pascua? ¿Cuándo reabrirán nuestras Iglesias?

¡Nuestras Iglesias no están cerradas! Permanecen abiertas para que la gente vaya y rece en privado, manteniendo distanciamiento físico. Las personas vienen a rezar ante el Santísimo Sacramento, a rezar el Vía Crucis, a rezar la Liturgia de las Horas, a meditar sobre las Escrituras y rezar el rosario. Además, la Misa está siendo celebrada en privado por los sacerdotes en muchos lugares y está siendo transmitida en vivo a las personas que participan en el culto de esa manera, de este modo uniéndose ellos mismos al Señor en comunión espiritual mediante las redes sociales desde sus hogares. Pero en cuanto a la celebración pública de la Misa, eso tiene que esperar hasta que podamos reunirnos de manera segura sin el peligro de contagiarnos. No solamente estoy preocupado por el bienestar espiritual de nuestro pueblo, sino también por su bienestar físico, y la celebración pública de la Misa no se reanudará hasta que sea seguro — y los expertos de salud pública han dejado en claro que es poco probable que esto ocurra antes de la Pascua.

 

Las parroquias dependen en gran parte en los donativos durante las Misas del fin de semana para cubrir sus facturas. ¿Qué pueden hacer los parroquianos para apoyar a su parroquia cuando no están asistiendo a Misa en sus iglesias? ¿Tendrán las iglesias que despedir a sus empleados?

Los parroquianos pueden enviar sus contribuciones por correo postal a sus parroquias o hacer un retiro automático de su cuenta bancaria. Les he dicho a los párrocos que, si fuese posible, deben seguir pagando a sus empleados, aunque no les sea posible ir a trabajar. En cuanto a los despidos, ciertamente espero que esto no ocurra, aunque imagino que esto podría ocurrir en casos aislados.

 

Entiendo que la Misa continúa siendo celebrada con los seminaristas en la Casa de Formación y en los conventos y monasterios; ¿por qué no puede celebrarse para grupos pequeños en la parroquia? En muchas parroquias la asistencia en la Misa durante la semana es menor que en estas casas religiosas.

La Casa de Formación y los Monasterios Carmelitas en Little Rock y en Marylake, los Monasterios Benedictinos en Subiaco, Fort Smith y Jonesboro, y el Convento de las Hermanas de la Misericordia en Barling, etc., son comunidades cerradas de personas que viven juntas 24 horas al día, 7 días a la semana con menos contacto con el mundo exterior, especialmente ahora. En respuesta a la crisis COVID-19 cada una ha tomado pasos para limitar más el movimiento de sus residentes y por el momento ya no permiten que visitantes asistan a sus Misas—ni siquiera otros seminaristas que han regresado a casa tras el cierre de sus seminarios y que ahora están viviendo con sus padres, ni tampoco oblatos carmelitas o benedictinos, debido al mayor riesgo de traer el COVID-19 con ellos desde el mundo exterior. El motivo por el cual se han suspendido las Misas durante la semana en las parroquias, pero no las Misas en comunidades religiosas, es porque las parroquias no son comunidades autónomas—los participantes vienen y van de muchos lugares por lo que la Misa en ese ambiente constituye un riesgo mucho mayor para los participantes.


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