Clarificación sobre la absolución del pecado del aborto

Published: September 3, 2015

El Obispo Anthony B. Taylor publicó el siguiente comunicado el 3 de septiembre.

La semana pasada el Papa Francisco anunció que durante el Año Santo de la Misericordia, todos los sacerdotes en todo el mundo estarán facultados para absolver el pecado del aborto. Siempre tenemos que recordar que el Papa Francisco está tratando con una Iglesia universal y que la situación en África, Asia y Latinoamérica no es la misma que en los Estados Unidos y Europa. Esto ha creado algo de confusión aquí en los Estados Unidos porque a diferencia de los obispos en muchos otros países, los obispos norteamericanos han dado a sus sacerdotes la facultad de perdonar el aborto por más de 40 años y así que este cambio no nos afecta en lo más mínimo.

Los sacerdotes reciben facultades por parte de su obispo para ejercer su ministerio sacramental, lo cual es una extensión del ministerio del mismo obispo, quien puede otorgar facultades sin restricciones o puede restringirlas de alguna manera.

En el caso del sacramento de la reconciliación, hay algunos pecados que son tan graves que históricamente la facultad para absolver aquellos pecados estaba reservada para el obispo. Un pecado que era tan grave como para cargar con la penalidad adicional de la excomunión era el pecado del aborto (Canon 1398). Comenzando en la década de 1970, la mayoría de los obispos en los Estados Unidos y Canadá comenzaron a otorgarles a sus sacerdotes la facultad tanto para absolver directamente el pecado del aborto como para remover inmediatamente la penalidad de la excomunión, y esto ha sido el caso en nuestro país desde entonces. Así que de alguna manera, este decreto del Papa Francisco hará que la práctica pastoral del resto del mundo esté en conformidad con lo que ya ha sido la práctica aquí desde hace mucho — con una diferencia: en los Estados Unidos los sacerdotes mantendrán la facultad para perdonar el pecado del aborto incluso hasta después de que concluya este Año Santo de la Misericordia. La misión principal y más importante de la Iglesia es la salvación de las almas y el sacramento de la Reconciliación brinda la sanación de Jesús a cualquier persona que sinceramente se arrepiente y se acerca a él para recibir el perdón.